Rasgos comunes
Génesis 1, 26-28
Jorge Elías SALAS FUENTES
Génesis 1, 26-28
26 Dijo Dios:
—Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza. Que domine sobre los peces del mar, las aves del cielo, los ganados, sobre todos los animales salvajes y todos los reptiles que se mueven por la tierra.
27 Y creó Dios al hombre a su imagen,
a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó.
28 Y los bendijo Dios, y les dijo:
—Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que reptan por la tierra.
A lo largo de la Patria Grande
y sus hijas:
Argentina, Bolivia,
Brasil, Chile,
Colombia, Costa Rica,
Cuba, Ecuador,
El Salvador, Guatemala,
Haití, Honduras,
México, Nicaragua,
Panamá, Paraguay,
Perú, Puerto Rico,
República Dominicana,
Uruguay y Venezuela:
Se hallan rasgos
que nos identifican
como hermanos
y hermanas,
es un hilo de amor
que nos teje…
Un hilo color esperanza,
que nos indica
el camino,
el rumbo a nuestro sur
de amor y de sueños…
Desde la Patagonia
hasta el extremo norte
de México,
caminan y vuelan
los cantos milenarios
de nuestros padres
y abuelos,
lloran y sueñan
los cóndores nostálgicos,
los quetzales milenarios,
y deambulan impunes
la injusticia y el hambre
y nos damos cuenta
que las huellas digitales
de nuestras almas,
conservan rasgos comunes:
líneas de dolor,
pero también
líneas de esperanza,
líneas de opresión
pero también
líneas de resistencia,
líneas de lucha
y de amor
en todas sus formas.
Desde la Patagonia
hasta el extremo norte
de México,
somos víctimas
de las mismas plagas:
dictaduras,
mercado libre,
estados corruptos,
oligarquías vende sueños,
saqueos,
golpes de estado.
Somos hijos e hijas
de la misma esperanza,
llena de quetzales,
llena de mar Caribe,
de Pacífico y Atlántico,
alimentada de maíz
y de sueños.
Somos hijos del mar
y de las sierras,
de los llanos y del desierto,
y por nuestras venas
la Pacha Mama palpita
y riega, brota y sonríe…
Hijos e hijas de la Patria Grande
de las utopías posibles,
somos la esperanza,
el pulmón de la tierra,
el oasis de la primavera,
y nuestra sangre y
las huellas digitales de nuestras
almas, conservan pirámides
y ciudades sagradas,
selvas y parajes mágicos,
senderos paradisiacos
y fuentes inagotables…
Desde el extremo norte
al sur,
desde donde nace el sol
hasta donde se acuesta,
en esta Latinoamérica,
se siente a Bolívar y sus hombres,
transitar y luchar,
se sienten los sueños
de revoluciones de amor,
de estallidos de amaneceres…
Y descubrimos que
esos rasgos comunes,
nos identifican y dicen que
somos hermanos y hermanas,
no hay posibilidad a la duda:
compartimos las tristezas,
los llantos, pero también
las luchas y la esperanza…
¡Somos la esperanza en germen!
 
Jorge Elías Salas Fuentes
El Carmen de Bolívar, Colombia
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