Por los caminos alternos
se va construyendo la Patria Grande:
Las veredas, los atajos, los senderos
son testigos de los andares de las Grandes Causas.

 
Estos caminos han escuchado incansablemente
los gritos esperanzados de los pueblos,
clamando desde sus entrañas:
“¡Otro Mundo es Posible, Urgente y Necesario!”

 
Han saboreado milenariamente
las gotas de sudor que expiran los poros de
la Causa Popular, la Causa Indígena,
la Causa Negra, la Causa Feminista, la Causa de la Madre Tierra.

 
Los caminos alternos sienten cómo, a las Grandes Causas,
se les van uniendo más personas y grupos organizados.
Y les provoca un inmenso gozo el irse quedando estrechos,
porque eso demuestra la solidaridad de las gentes que se suman
a ser cómplices y acompañantes en esta convocatoria mundial de mayorías.

 
Así, durante el caminar de las Grandes Causas,
Vibran las raíces de los árboles apostados en los márgenes de los caminos.
Sus ramales danzan al ritmo de los cantos liberadores de esas voces
que siguen andando, sin tregua, con la convicción
puesta en el horizonte.

 
Sí, por los caminos alternos
se va construyendo la Patria Grande:
Las veredas, los atajos, los senderos
son testigos de los andares de las Grandes Causas.

 
Esos, los caminos alternos,
han tocado, abrazado y acogido con ternura infinita
a las nuevas generaciones
que ya, también, van andando en ellos, creando y recreando nuevos caminos;
y tomando como referencia a las ancestras y los ancestros
que fueron abrieron brecha en sus suelos.

 
Han visto, con mirada profunda y penetrante,
la manera en que las historias de Nuestro Continente
se reescriben y transforman con cada paso y en cada jornada
desafiando –desde la Resurrección-
al brutal sistema que había proclamado tajantemente
el epitafio del “Fin de la historia”.

 
Las semillas están sembradas.
Y estos caminos, hoy más que nunca,
huelen tiempos de florecimiento de utopías, tiempos de “ver, juzgar/soñar y actuar”
que revitalizan las andanzas y apuntalan el caminar colectivo.
Justamente, desde el Continente de la Esperaza, se pronuncian anunciando:
“¡Esto apenas empieza!”

 
Son caminos que se entretejen, se conectan,
se cruzan, se encuentran…
porque así también son las Grandes Causas que andan en ellos,
resistiendo los sobrecruzamientos de los sistemas de opresión.
Esas Grandes Causas que, en algunos casos han representado muerte
para que otras y otros tengan vida,
y que sea “Vida –¡Vida Digna!- en Abundancia”.

 
Indiscutiblemente, por los caminos alternos
se va construyendo la Patria Grande:
Las veredas, los atajos, los senderos
son testigos de los andares de las Grandes Causas.

Ana Lucía Ramazzini

Amatitlán, Guatemala