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LA MADRE BUENA Y SUS DOS HIJAS

Lucas 15,11-32

Ana Maria ARQUER


 

 

Una vez había una madre que tenía dos hijas, Estrella la mayor y Ruth la pequeña.

La madre se había quedado viuda con las niñas muy pequeñas y había tenido que trabajar mucho para sacarlas adelante. Por eso muchas veces Estrella se había quedado cuidando a Ruth mientras la madre que se llamaba Joana iba a trabajar.

Estrella era una niña muy responsable, pero también muy exigente, quería que su mamá estuviera contenta cuando venía cansada de trabajar y procuraba tener todas las cosas recogidas y los deberes hechos cuando ella venía.

Ruth era más traviesa y nunca se acordaba de que tenía que recoger, ni donde se ponían las cosas. Era una niña muy alegre que le gustaba jugar mucho pero se fiaba de que su hermana ya le haría el trabajo. Esto ponía de mal humor a Estrella que veía que su hermana pequeña no la ayudaba, la reñía muchas veces y hasta se peleaban. Pero la madre las queria a las dos lo mismo y cuando volvía a casa jugaba con ellas aunque estuviera muy cansada y nunca les faltaba nada.

Cuando se fueron haciendo mayores las peleas entre las hermanas se fueron haciendo cada vez más fuertes y esto hacía sufrir mucho a la madre pero por mucho que se lo decía ellas no hacían caso. Cada una se creía que tenía la razón y ninguna quería dar su brazo a torcer.

Estrella era muy estudiosa y sacaba muy buenas notas en el colegio, pronto se vio que era muy inteligente y estudió la carrera de ingeniero, siendo el numero uno de su promoción. La madre, Joana, estaba muy orgullosa de ella y decía a sus amigas:

- ¿Veis que hija mas inteligente tengo? Trabaja y estudia, me ayuda en la casa, es una hija perfecta.

Esto llenaba de orgullo a Estrella y hacía que cada vez se esforzara mas para tener contenta a su madre.

Ruth era todo lo contrario, no le gustaba estudiar, nunca se acordaba de hacer los deberes, traía malas notas del colegio, solo le gustaba una cosa la música, cuando escuchaba música se podía quedar horas sin rechistar. También le gustaba tocar instrumentos, tocaba la guitarra y pronto empezó a aprender a tocar el piano, y lo hacía muy bien. Era muy alegre y siempre reía, le gustaban las fiestas y tenía muchos amigos y amigas.

Su madre también estaba orgullosa de ella, cuando Ruth estaba en casa siempre se oían risas y canciones, y decía a sus amigas:

- Mi hija Ruth es como un pajarito, siempre cantando, es la alegría de mi vida.

Esto hacía muy feliz a Ruth que quería mucho a su mama, pero daba un poco de rabia a Estrella que quería ser la primera en todo incluso en el cariño de su mamá, y no entendía que ella las quería a las dos lo mismo.

Fueron pasando los años y las niñas se convirtieron en mujeres, Estrella encontró un trabajo muy bueno y seguía viviendo en casa de su madre ayudandola economicamente con lo cual las carestías y estrecheces que habían pasado de pequeñas quedaron olvidadas. Ruth solo pensaba en la música, tocaba en conjuntos, iba de fiesta en fiesta y empezó a hacer amigos que no le convenían.

La madre lo veía pero no decía nada, porque confiaba en ella y esperaba que algún día se daría cuenta de donde estaba la verdadera felicidad.

Ruth se enamoró de un músico que como ella se ganaba la vida tocando por los pueblos de fiesta en fiesta. Pero esto no era lo peor, lo malo era que empezaron a beber mas de la cuenta y a tomas drogas que iban matando poco a poco su espíritu. Ellos no se daban cuenta al principio y por eso no hacían caso de los que los avisaban de que la felicidad no se encontraba en esas sustancias que de momento daban mucha alegría pero despues destruyen el cuerpo y el espíritu.

Un día Ruth dijo a su madre que se iban a un país muy lejano para conocer otras cosas y probar nuevas aventuras, le pidió a su madre dinero para el viaje porque ella nunca tenía nada ahorrado y su madre le dio todos sus ahorros sin decirselo a Estrella.

Y Ruth se fue sin despedirse de nadie y pasaron muchos años sin saber de ella. Pero la madre se acordaba cada día y lloraba cada noche porque no la telefoneaba ni le escría una carta.

A Ruth le pasaron muchas cosas, unas buenas pero casi todas malas, conoció gente muy interesante que mientras tuvo dinero iban con ella, la animaban y acompañaban a todas las fiestas. Pero un dia se le acabó el dinero y tocando por las calles no se sacaba ni para comer. Se tuvo que poner a trabajar y como no sabía nada mas que tocar instrumentos le ofrecían los trabajos mas malos que nadie quería. Fregaba suelos, limpiaba las calles, recogía la basura, pero la pagaban muy mal y vivía de mala manera.

Cuando estaba tan mal se acordaba de su madre y de su hermana y pensaba lo feliz que había sido cuando vivía con ellas. Pero no se atrevía a llamarlas ni a volver. Pensaba que nunca la perdonarían el haberlas abandonado y sobretodo como Estrella le diría “¡No te lo decía yo!”

Un día se puso enferma, cogión una enfermedad muy mala que en el país donde vivía no la podían curar, todos sus amigos la habían dejado sola y no la iban a ver por miedo a que les contagiara la enfermedad, aquel novio músico hacía tiempo que no sabía donde estaba y vagaba sola por las calles sin tener donde dormir. Apenas tenía dinero para comprar un poco de comida, cuando pasó por delante de un locutorio telefónico.

- Y si llamara a mi madre? - pensó - Con el dinero que me queda podría hacerlo, ella me podría mandar mas dinero. Le diré que me perdone y que me deje volver a su lado a morirme que estoy muy enferma.

Cuando llamó a su casa cogió el telefono Estrella.

- Vaya, ya era hora que llamaras! - dijo con voz desabrida - ¿Sabes lo que has hecho llorar a mamá?

- Por favor Estrella, escuchame, estoy muy enferma y me voy a morir si no me ayudais, dile a mama que estoy en esta dirección. - y le dio el nombre de la calle donde vivía.

Estrella luchó durante un tiempo con la duda de decirle a su madre que había llamado Ruth, pero después venció su amor por la hermana y aunque aun estaba enfadada con ella se lo dijo a la madre. La madre cuando se enteró donde estaba su hijita pequeña Ruth, despues de dar un beso a Estrella salió corriendo hacia el aesreopuerto y cogió el primer avión hacia el destino donde estaba Ruth. Tardó en llegar, y le costó trabajo encontrar la dirección que le habían dado y cuando llegó se le cayó el alma a los pies. Su hija vivía allí!!!!!! Era una barraca de cartones, con el suelo lleno de riachuelos de agua putrefacta, por la que corarían las ratas y la gente que había por aquella barriada no tenían cara de muy buenos amigos.

Entró en la casa y vió a su hija tirada en el suelo, con solo unos cartones protegiendola del barro y el agua y una manta hecha girones que apenas la cubría, tiritaba de frio y de fiebre y deliraba. No reconoció a su madre que llorando la abrazó.

Pocos días después Ruth ya más repuesta acompañada de su madre cogía el avión de vuelta para casa, ninguna de las dos hablaban, se abrazaban y se miraban, la madre solo sabía decir

- ¡Hija mía, hija mía! – y Ruth lloraba.

Cuando llegaron a casa Joana llevó a Ruth al mejor hospital que había en su ciudad para que la puesieran el tratamiento necesario para curarla. Estuvo muchos dias ingresada y poco a poco empezó a mejorar. Joana se pasaba las horas a su lado, pero su hermana Estrella no venía a verla nunca.

- ¿Qué le pasa a Estrella, mamá, por que no viene a verme?

- No lo se hija, tiene mucho trabajo - la excusaba la madre. Pero la verdad es que Estrella estaba muy enfadada porque la madre no se separaba del lado de Ruth.

Cuando Ruth se puso mejory los médicos le dijeron que se podría ir a casa Joana se lo dijo a Estrella.

- Mañana a tu hermana le dan el alta y la traeré a casa. ¿Queres ayudarme a prepara su habitación?

- ¡No pienso!

- ¿Qué te pasa hija? ¿Por qué te pones así?

- No te das cuenta? Tanto tiempo que he vivido a tu lado, que te he dado todo lo que ganaba trabajando y ahora esta hermana pelandusca que se gastó tus ahorros en juergas y drogas y la recibes como si no hubiera pasado nada? ¿Es que no te das cuenta?

- ¡Hija mia! - Dijo la madre abrazandola - Todo lo mio siempre ha sido tuyo, todos los días de mi vida los he compartido contigo, te quiero por que eres mi hija,pero a tu hermana la habíamos perdido, estaba muerta y ha vuelto a la vida ¿cómo no quieres que me alegre?

. . . . ..... . . . . . . . . . . .

¿Como acabarías tu la historia?

¿Con cual de las hermanas te identificas mas?

¿Crees que podrías hacer como la madre y perdonarlo todo?

 

Ana Maria Arquer

Barcelona, Cataluña

 


 



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