Viernes Santo
PRIMERA LECTURA
Él soportó nuestros sufrimientos y aguanto nuestros dolores
Monitor:
Admiramos a las personas buenas, que aman mucho a los demás, sobre todo a los pobres. Pero a veces también nos molestan, porque con el ejemplo de su vida parecen decirnos que nosotros tendríamos que ser menos egoístas. Y entonces queremos que desaparezcan de nuestra vista; incluso los hombres egoístas matan a esas personas buenas.
Precisamente hoy, día de Viernes santo, recordamos a Jesús injustamente perseguido y crucificado porque estuvo al servicio de Dios y de los hombres, sobre todo de los más pobres.
En esta lectura el profeta Isaías hace como un retrato de Jesús perseguido por la envidia de los hombres, pero a quien Dios resucitó. La muerte de Jesús nos dio vida a todos.
Lector:
Lectura del libro de Isaías 53, 2b-5a. 7-8a. 8c-11a
Mirad, mi siervo: Lo vimos sin aspecto atrayente,
despreciado y evitado de los hombres,
como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos,
ante el cual se ocultan los rostros,
despreciado y desestimado.
Él soportó nuestros sufrimientos
y aguantó nuestros dolores;
nosotros lo estimamos leproso,
herido de Dios y humillado;
pero él fue traspasado por nuestras rebeliones,
triturado por nuestros crímenes.
Maltratado, voluntariamente se humillaba
y no abría la boca;
como cordero llevado al matadero,
como oveja ante el esquilador,
enmudecía y no abría la boca.
Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron.
Lo arrancaron de la tierra de los vivos,
por los pecados de mi pueblo lo hirieron.
Le dieron sepultura con los malvados,
y una tumba con los malhechores,
aunque no había cometido crímenes
ni hubo engaño en su boca.
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento,
y entregar su vida como expiación;
verá su descendencia, prolongará sus años,
lo que el Señor quiere prosperará por su mano.
Por los trabajos de su alma verá la luz,
el justo se saciará de conocimiento.
Mi siervo justificará a muchos.
Palabra de Dios.
SEGUNDA LECTURA
Yo, que sentencio con justicia y soy poderoso para salvar
Monitor:
El profeta Isaías es el autor del siguiente poema. También en él parece hablar de Jesús, el cual trabajó para que hubiera más justicia entre los hombres, pero algunos lo mataron por envidia.
Lector:
Lectura del libro de Isaías 63, 1-3a
¿Quién es ése que viene de Edom,
de Bosra, con las ropas enrojecidas?
¿Quién es ese, vestido de gala,
que avanza lleno de fuerza?
Yo, que sentencio con justicia
y soy poderoso para salvar.
¿Por qué están rojos tus vestidos,
y la túnica como quien pisa en el lagar?
Yo solo he pisado el lagar,
y de los otros pueblos nadie me ayudaba.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
El que quiera seguirme, que se niegue a si mismo
Monitor:
Hacer algo por los demás nos produce alegría, pero en un primer momento nos cuesta porque tenemos que vencer nuestro egoísmo, nuestra pereza y comodidad. Cuando intentamos vencer esos obstáculos a veces sufrimos. Ese sufrimiento es como una pequeña cruz. No obstante, Jesús nos invita a seguirle por el camino de hacer dichosos a los demás.
Sacerdote (o diácono):
Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 22-25
En aquel tiempo, dijo Jesús:
—«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».
Y, dirigiéndose a todos, dijo:
—«El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se perjudica a sí mismo?».
Palabra del Señor.