Cuaresma
Ciclo primero
(Perspectiva bautismal)
Introducción:
Dios hace vivir y bendice nuestro esfuerzo (1ª lect.). Le damos gracias (sal.). En Jesús, Dios nos da el agua viva que reanima por dentro y apaga la sed (ev.).
PRIMERA LECTURA
Golpearás la peña, y saldrá de ella agua para que beba el pueblo
Monitor:
Necesitamos agua para vivir. A veces decimos: «¡Estoy muerto de sed!» Pero cuando bebemos agua revivimos. También el pueblo de Israel sintió que se moría de sed en el desierto. El pasaje de la Biblia que vamos a leer cuenta cómo Moisés, guiado por Dios, encontró agua para todos. En él se nos quiere decir que es Dios quien ha puesto agua en el mundo: la que brota en fuentes, manantiales y ríos y la que saca el hombre con esfuerzo excavando la roca hasta alcanzarla. Y es Dios quien nos la regala, bendice nuestro esfuerzo y nos hace vivir.
Lector:
Lectura del libro del Éxodo 17, 3-5a. 5c-6
En aquellos días, el pueblo, torturado por la sed, murmuro contra Moisés:
—«¿Nos has hecho salir de Egipto para hacernos morir de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?».
Clamó Moisés al Señor y dijo:
—«¿Qué puedo hacer con este pueblo? Poco falta para que me apedreen».
Respondió el Señor a Moisés:
—«Preséntate al pueblo llevando en tu mano el cayado con que golpeaste el río, y vete, que allí estaré yo ante ti, sobre la peña, en Horeb; golpearás la peña, y saldrá de ella agua para que beba el pueblo».
Moisés lo hizo así a la vista de los ancianos de Israel.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Interleccional: Isaías 12, 2-3. 4. 5-6 (R.: 4a)
Monitor:
Vamos a dar gracias a Dios porque nos regala gratis el agua que quita la sed de los hombres.
Salmista:
R. Dad gracias al Señor, invocad su nombre.
El Señor es mi Dios y Salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacareis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación. R.
Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso. R.
Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel». R.
Aleluya Jn 4, 42. 15
Señor, tú eres de verdad el Salvador del mundo;
dame agua viva; así no tendré más sed.
EVANGELIO
Monitor:
El evangelio de san Juan nos dice que un día Jesús tuvo sed. Hacía mucho calor y pidió de beber a una mujer de Samaria que llegó junto al pozo para sacar agua. Mientras hablaba con Jesús, la mujer fue sintiendo sed de ser buena. Jesús le prometió dar un agua viva que reanima por dentro y da fuerza para amar a Dios y a todos los hombres.
El agua viva es gratis para quien la pide. Como la samaritana también nosotros decimos a Jesús: «¡Señor, danos esa agua, así no tendremos más sed!».
Sacerdote (o diácono):
Lectura del santo evangelio según san Juan 4, 5-7. 9-11. 13-15a
En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José; allí estaba el manantial de Jacob.
Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al manantial. Era alrededor del mediodía.
Llega una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dice:
—«Dame de beber».
La samaritana le dice:
—«¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?».
Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.
Jesús le contestó:
—«Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva».
La mujer le dice:
—«Señor, si no tienes cubo, y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas el agua viva?».
Jesús le contestó:
—«El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna».
La mujer le dice:
—«Señor, dame esa agua; así no tendré más sed».
Palabra del Señor.