TEXTOS COMUNES PARA EL CANTO DEL SALMO RESPONSORIAL
El salmo se toma habitualmente del Leccionario, ya que cada uno de estos textos está directamente relacionado con cada una de las lecturas: la elección del salmo depende, según eso, del contenido de las lecturas.
Sin embargo, para que el pueblo pueda más fácilmente intervenir en la respuesta salmódica, han sido seleccionados algunos textos de respuestas y de salmos, según los diversos tiempos litúrgicos del año o las diversas categorías de Santos. Estos textos podrán emplearse en vez del texto correspondiente a la lectura siempre que el salmo sea cantado.
(Ordenación general del Misal romano, núm. 3 6.)
RESPUESTAS
Tiempo de Adviento: | Ven a librarnos, Señor. |
Tiempo de Navidad: | Hoy hemos contemplado tu gloria, Señor. |
Tiempo de Cuaresma: | Acuérdate, Señor, de tu fidelidad y tu misericordia. |
Tiempo Pascual: | Aleluya (dos o tres veces). |
SALMOS
Tiempo de Adviento:
Salmo responsorial: Salmo 24, 4-5ab. 8-9. 10 y 14 (R/.: 1b)
R. A ti, Señor, levanto mi alma.
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R.
Las sendas del Señor son misericordia y lealtad
para los que guardan su alianza y sus mandatos.
El Señor se confía con sus fieles
y les da a conocer su alianza. R.
O bien:
Salmo responsorial: Salmo 84, 9ab-10. 11-12. 13-14 (R/.: 8a)
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos».
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra; R.
la misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo; R.
el Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R.
Tiempo de Navidad:
Salmo responsorial: Salmo 97, 1-2ab. 2cd-3ab. 3cd-4. 5-6 (R/.: 3cd)
R. Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad: R.
tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R.
Epifanía:
Salmo responsorial: Salmo 71, 1-2. 7-8. 10-11. 12-13 (R/.: cf. 11)
R. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra.
Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R.
Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. R.
Que los reyes de Tarsis y de las islas
le paguen tributo.
Que los reyes de Saba y de Arabia
le ofrezcan sus dones;
que se postren ante él todos los reyes,
y que todos los pueblos le sirvan. R.
Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R.
Tiempo de Cuaresma:
Salmo responsorial: Salmo 50, 3-4. 5-6a. 12-13. 14 y 17 (R.: cf. 3a)
R. Misericordia, Señor: hemos pecado.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. R.
O bien:
Salmo responsorial: Salmo 90, 1-2. 10-11. 12-13. 14-15 (R.: cf. 15b)
R. Está conmigo, Señor, en la tribulación.
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío,
Dios mío, confío en ti». R.
No se te acercará la desgracia,
ni la plaga llegará hasta tu tienda,
porque a sus ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en tus caminos; R.
te llevarán en sus palmas,
para que tu pie no tropiece en la piedra;
caminarás sobre áspides y víboras,
pisotearás leones y dragones. R.
«Se puso junto a mí: lo libraré;
lo protegeré porque conoce mi nombre,
me invocará y lo escucharé.
Con él estaré en la tribulación, l
o defenderé, lo glorificaré». R.
O bien:
Salmo responsorial: Salmo 129, 1-2. 3-4. 5-6ab. 7bc-8 (R.: 7)
R. Del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa.
Desde lo hondo a ti grito,
Señor; Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto. R.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora. R.
Porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos. R.
Semana santa:
Salmo responsorial: Salmo 21, 8-9. 17-18a. 19-20. 23-24 (R.: 2a)
R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Al verme, se burlan de mí,
hacen visajes, menean la cabeza:
«Acudió al Señor, que lo ponga a salvo;
que lo libre, si tanto lo quiere». R.
Me acorrala una jauría de mastines,
me cerca una banda de malhechores;
me taladran las manos y los pies,
puedo contar mis huesos. R.
Se reparten mi ropa,
echan a suerte mi túnica.
Pero tú, Señor, no te quedes lejos;
fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. R.
Contaré tu fama a mis hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré.
Fieles del Señor, alabadlo;
linaje de Jacob, glorificadlo;
temedlo, linaje de Israel. R.
Tiempo pascual:
Salmo responsorial: Salmo 117, 1-2. 16ab-17. 22-23 (R/.: 24)
R. Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
O bien:
R. Aleluya.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia. R.
La diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa.
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor. R.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente. R.
O bien:
Salmo responsorial: Salmo 65, 1-3a. 4-5. 6-7a. 16 y 20 (R.: 1)
R. Aclamad al Señor, tierra entera.
O bien:
R. Aleluya.
Aclamad al Señor, tierra entera;
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria.
Decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!». R.
Que se postre ante ti la tierra entera,
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres. R.
Transformó el mar en tierra firme,
a pie atravesaron el río.
Alegrémonos con Dios,
que con su poder gobierna eternamente. R.
Fieles de Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica
ni me retiró su favor. R.
Ascensión del Señor:
Salmo responsorial: Salmo 46, 2-3. 6-7. 8-9 (R/.: 6)
R. Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas.
Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra. R.
Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas:
tocad para Dios, tocad, tocad
para nuestro Rey, tocad. R.
Porque Dios es rey del mundo:
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado. R.