23 de noviembre

San Columbano, abad

Memoria libre


Del Común de pastores (para los misioneros)

O bien del Común de santos y santas (para los religiosos)

 

PRIMERA LECTURA

Verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios

Lectura del libro de Isaías 52, 7-10

¡Qué hermosos son sobre los montes
los pies del mensajero que anuncia la paz,

que trae la Buena Nueva,
que pregona la victoria,
que dice a Sión: «Tu Dios es rey»!

Escucha: tus vigías gritan,
cantan a coro,

porque ven cara a cara al Señor,

que vuelve a Sión.

Romped a cantar a coro,
ruinas de Jerusalén,

que el Señor consuela a su pueblo,
rescata a Jerusalén;

el Señor desnuda su santo brazo
a la vista de todas las naciones,

y verán los confines de la tierra
la victoria de nuestro Dios.

 

Palabra de Dios.


Salmo responsorial: Salmo 95, 1-2a. 2b-3. 7-8a. 10 (R.: 3)

R. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor,
bendecid su nombre. R.

Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R.

Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor. R.

Decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente». R.

 

Aleluya y versículo antes del evangelio Jn 8, 12b

Yo soy la luz del mundo
—dice el Señor—;
el que me sigue tendrá la luz de la vida.

 

EVANGELIO

Te seguiré a donde vayas

Cruz Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 57-62

En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, le dijo uno:

—«Te seguiré a donde vayas».

Jesús le respondió:

—«Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».

A otro le dijo:

—«Sígueme».

Él respondió:

—«Déjame primero ir a enterrar a mi padre».

Le contestó:

—«Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios».

Otro le dijo:

—«Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia».

Jesús le contestó:

—«El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios».

Palabra del Señor.