25 de agosto

San Luis de Francia

Memoria libre


Del Común de santos y santas

 

PRIMERA LECTURA

Parte tu pan con el hambriento

Lectura del libro de Isaías 58, 6-11

Así dice el Señor:

«El ayuno que yo quiero es éste:

Abrir las prisiones injustas,
hacer saltar los cerrojos de los cepos,

dejar libres a los oprimidos,
romper todos los cepos;

partir tu pan con el hambriento,
hospedar a los pobres sin techo,

vestir al que ves desnudo,
y no cerrarte a tu propia carne.

Entonces romperá tu luz como la aurora,
en seguida te brotará la carne sana;

te abrirá camino la justicia,
detrás irá la gloria del Señor.

Entonces clamarás al Señor, y te responderá;
gritarás, y te dirá: "Aquí estoy".

Cuando destierres de ti la opresión,
el gesto amenazador y la maledicencia,

cuando partas tu pan con el hambriento
y sacies el estómago del indigente,

brillará tu luz en las tinieblas,
tu oscuridad se volverá mediodía.

El Señor te dará reposo permanente,
en el desierto saciará tu hambre,

hará fuertes tus huesos,
serás un huerto bien regado,

un manantial de aguas
cuya vena. nunca engaña».


Palabra de Dios.

 

Salmo responsorial: Salmo 111, 1-2. 3-4. 5-7a. 7b-8. 9 (R.: 1a)

R. Dichoso quien teme al Señor.

O bien:

R. Aleluya

Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita. R.

En su casa habrá riquezas y abundancia,
su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo. R.

Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo;
no temerá las malas noticias. R.

Su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos. R.

Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad. R.

 

Aleluya y versículo antes del evangelio Jn 13, 34

Os doy un mandamiento nuevo
—dice el Señor—:
que os améis unos a otros,
como yo os he amado.

 

EVANGELIO

Amarás al Señor, tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo

cruz Lectura del santo evangelio según san Mateo 22, 34-40

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, formaron grupo, y uno de ellos, que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:

—«Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?».

Él le dijo:

—«"Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser". Este mandamiento es el principal y primero.

El segundo es semejante a él: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo".

Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas».

Palabra del Señor.