8 de febrero
San Jerónimo Emiliani
Memoria libre
Del Común de santos y santas (para los educadores)
PRIMERA LECTURA
Más vale la oración y la limosna que la riqueza
Lectura del libro de Tobías 12, 6-13
En aquellos días, dijo el ángel a Tobías y a su hijo:
—«Bendecid a Dios y proclamad ante todos los vivientes los beneficios que os ha hecho, para que todos canten himnos en su honor. Manifestad a todos las obras del Señor como él se merece, y no seáis negligentes en darle gracias. Si el secreto del rey hay que guardarlo, las obras de Dios hay que publicarlas y proclamarlas como se merecen. Obrad bien, y no os vendrá ninguna desgracia.
Más vale la oración sincera y la limosna generosa que la riqueza adquirida injustamente. Más vale hacer limosna que atesorar dinero. La limosna libra de la muerte y expía el pecado. Los que hacen limosnas se saciarán de vida. Los pecadores y los malhechores son enemigos de sí mismos.
Os descubriré toda la verdad sin ocultaros nada. Ya os dije que, si el secreto del rey hay que guardarlo, las obras de Dios hay que publicarlas como se merecen. Pues bien, cuando Sara y tú estabais rezando, yo presentaba al Señor de la gloria el memorial de tu oración. Lo mismo cuando enterrabas a los muertos. Y, cuando te levantaste de la mesa sin dudar, y dejaste la comida por ir a enterrar a aquel muerto, Dios me envió para probarte».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9. 10-11 (R.: 2a)
R. Bendigo al Señor en todo momento.
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R.
El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R.
Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada. R.
Aleluya y versículo antes del evangelio Mt 5, 3
Dichosos los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.
EVANGELIO
Vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, y luego sígueme
Lectura del santo evangelio según san Marcos 10, 17-30
En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó:
—«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?».
Jesús le contestó:
—«¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios.
Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre».
Él replicó:
—«Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño».
Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo:
—«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme».
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:
—«¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!».
Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió:
—«Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios».
Ellos se espantaron y comentaban:
—«Entonces, ¿quién puede salvarse?».
Jesús se les quedó mirando y les dijo:
—«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo».
Pedro se puso a decirle:
—«Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».
Jesús dijo:
—«Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones—, y en la edad futura, vida eterna».
Palabra del Señor.
O bien más breve:
Vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, y luego sígueme
Lectura del santo evangelio según san Marcos 10, 17-27
En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó:
-«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?».
Jesús le contestó:
-«¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios.
Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre».
Él replicó:
-«Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño».
Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo:
-«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme».
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:
-«¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!».
Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió:
-«Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios».
Ellos se espantaron y comentaban:
-«Entonces, ¿quién puede salvarse?».
Jesús se les quedó mirando y les dijo:
-«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo».
Palabra del Señor.