LA IGLESIA, GERMEN SEGURÍSIMO DE UNIDAD PARA TODO EL GÉNERO HUMANO

PRIMER DOMINGO DESPUÉS DE EPIFANÍA
BAUTISMO DEL SEÑOR


15 de Enero de 1978.

Is 42, 1-4.6-7
Hch 10, 34-38
Mt 3, 13-17

 

EL MISTERIO DE CRISTO DURANTE EL AÑO LITÚRGICO

Hermanos:

Es importante que tengamos ideas cada día más claras de lo que pretende la Iglesia al reunirnos todos los domingos. Se va desplegando ante nuestra mirada de la fe el misterio de Cristo. Desde el principio del Año Litúrgico ese misterio se anuncia con los cuatro domingos y semanas de Adviento. Hemos seguido esas preparaciones divinas con que Dios disponía su gran proyecto de enviar a su Hijo a salvar el mundo. Hemos asistido al momento que llama la Sagrada Escritura "la plenitud de los tiempos". Cristo se encarna en las entrañas de una Virgencita de Nazaret y nace en Belén. La noche santa alegra aún hoy al mundo, muchos sin comprender que el motivo de tanta alegría debía de ser para todos el gran amor de Dios que de tal manera amó al mundo que envió a su propio Hilo para que el mundo fuera salvado.

Después de Navidad siguen los domingos de Epifanía. De nada sirviera que ese niño nacido en Belén hubiera venido al mundo si no se hubiera manifestado. Eso significa Epifanía: MANIFESTACIÓN. Las primicias de esa manifestación son unos magos de Oriente que recordábamos el domingo pasado, y este domingo una nueva Epifanía es la del Bautismo de Cristo. En el Jordán Juan Bautista, inspirado por Dios, lo señala ya presente entre los hombres: "Ha empezado la era mesiánica, allí tienen al Cordero de Dios que quita el pecado del inundo. No hay salvación ya fuera de CRISTO."

Este domingo, pues, venimos a celebrar esa prolongación de la Epifanía. Y en el corazón de cada asistente a Misa debe de cundir una alegría, una esperanza grande, porque Cristo es Dios, Redentor de los hombres.
 

CELEBRACIÓN DEL SEÑOR DE ESQUIPULAS

Durante el año litúrgico, además de este misterio de Cristo que vamos a ir desplegando, se celebran ciertas fiestas que también son evocaciones del misterio de Cristo: las fiestas de la Virgen, las fiestas de los Santos, las diversas advocaciones de nuestra fe.

Quiero destacar este día, por ejemplo, en la piedad popular donde el año litúrgico se hace tan asequible a las masas, al pueblo. Hoy se celebra el día del Señor de Esquipulas. Es Cristo Crucificado, es una Epifanía. También es el amor de Dios tomado tan en serio que queda clavado en una cruz para salvar a los hombres. Y ese misterio de Cristo salvador -que aquí en Centroamérica llamamos el Señor de Esquipulas, centro de atracción de toda Centroamérica, verdadero lazo de unidad centroamericana- es la Iglesia la que posee esa fuerza que los hombres, los políticos, no pueden realizar.

La Iglesia tiene unida a Centroamérica en una sola fe; se hace también salvadoreño ese Cristo centroamericano de Esquipulas. Y aquí en nuestra Arquidiócesis por lo menos tres lugares están celebrando hoy como fiesta patronal el Santo Cristo: Allá en San Bartolomé Perulapía donde se va a celebrar la solemne Eucaristía hoy a las 4 de la tarde; allá en Aguilares bajo el nombre del Señor de las Misericordias, donde a las 11 de la mañana también tendrán su solemne celebración; y en Colón donde se está celebrando también hoy al Cristo de Esquipulas.

Cristo se encarna tan profundamente en nuestro pueblo que lo celebramos así como algo típicamente nuestro. Eso quiere ser Cristo: el Cristo de la Epifanía, el Dios que se hizo niño; y en Navidad sentimos que ese niño es de cada familia, todos lo sentimos nuestro. Así el misterio de Cristo que se despliega en el año litúrgico quiere sentirse tan íntimamente unido a cada uno de ustedes, a mí, que sintamos que es para mí, como decía San Pablo: "Me amó y se entregó por mí". Por eso mi afán de presentar en cada domingo este misterio de Cristo no en una forma lejana, vaporosa, una predicación que podía ser lo mismo aquí en El Salvador que allá en Africa o en cualquier tiempo de la historia, sino el Cristo que se encarna para hoy, aquí en El Salvador 1978. El Cristo que acompaña nuestras vicisitudes de la historia actual. El Cristo que ilumina esta semana. Esta es la Epifanía que tenemos que celebrar porque Cristo se ha encarnado, se ha hecho miembro de nuestra historia, quiere acompañar a cada hombre, a cada familia, a cada pueblo y hacer de la historia de cada cristiano y de cada pueblo la historia de la propia salvación de nosotros.
 

HECHOS DE LA SEMANA

De allí, hermanos, que el relatarles aquí ciertos hechos no es que yo me meta en asuntos ajenos a la Iglesia, es la predicación que debe enmarcarse en estas realidades.
 

RECHAZO A LA PREDICACIÓN DEL P. ROBERTO DRINAN Y MANIPULACIÓN DE LA COMISIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS DE LA OEA

¿Cómo podríamos prescindir, por ejemplo, en la homilía de hoy, en el Bautismo de Cristo que se manifiesta como salvador de los pueblos, que aquí en San Salvador esta semana ha sido sacudida por una especie de contraste de dos clases de publicaciones en los periódicos? Por una parte, una reacción de rechazo a la predicación y al mensaje del Padre Roberto Drinan, a quien Uds. escucharon aquí hace 8 días; y por otra parte, una presentación de la visita de la Comisión de los Derechos Humanos de la O.E.A. Yo llamo contraste estas dos noticias; porque mientras las declaraciones del Padre Roberto Drinan provocan en muchos escándalo y en otros esperanza, el anuncio de la presencia de la O.E.A. en El Salvador se trata de presentarla manipulada por una parte; y, mientras, despierta dudas, temores, por otra parte. Es decir, el Padre Drinan provoca el escándalo porque toca la llaga. En la moral se habla de 3 clases de escándalo:

El escándalo verdadero, el que provoca un pecado, una falta. El escándalo normal, el de la verdad, el del verdadero mal que produce escándalo en la gente madura, en la gente correcta.

Otro escándalo que se llama de los pusilánimes, un escándalo infantil, aquellos que de todo se escandalizan.

Y un tercer escándalo y éste sí es pecaminoso: escándalo de los fariseos. El escándalo de los que no toleran a Cristo, el escándalo que se escandaliza cuando se trata de señalar las injusticias, los desórdenes.

Ustedes pueden concluir a cuál clase de escándalo pertenecen estas publicaciones.

En cambio, tenemos en el pueblo que ha sentido en la voz de un sacerdote el valor de denunciar cosas que la Iglesia también ha venido denunciando, de señalar en el pueblo los temores que verdaderamente existen. El caso es, por ejemplo, que ha habido gente que debía presentarse hoy a la Comisión de los Derechos Humanos y no ha tenido el valor de venir porque tiene miedo. ¿Qué quiere decir eso? Que cuando el Padre Drinan señala que hay temor en el pueblo, en el campesino, no está diciendo mentira, es la realidad que podemos constatar en este momento. Hay campesinos que debían de venir y no tienen valor de venir.

En cambio, digo: ¿cómo se habrá presentado la visita? ¿Cuáles son los retratos que han aparecido en los periódicos como víctima de atropello de derechos humanos? ¿Quién se hace eco de otro sector atropellado? Se parcializan, y podíamos decir que los que están acusando al Padre Drinan de haber hablado condicionado, prejuiciado, lo están queriendo hacer con la Comisión de la O.E.A.: prejuiciarla. ¡Ojalá que con la madurez y valentía con que habló el Padre Drinan, sepan también los exponentes de los Derechos Humanos en Latinoamérica que están presentes ahora con El Salvador, ser superiores a toda intriga, a todo amañamiento, y sepan descubrir la verdad oyendo a quienes deben de oír. Ellos han pedido colaboración y yo también en nombre de la Iglesia quiero decirles que la voz del Arzobispado siempre ha sido pidiendo colaboración para que relumbre la verdad y la justicia; que se han denunciado injusticias y en nombre de esa denuncia preguntamos a los señores de la O.E.A.:

¿Sabrán tener una respuesta a la pregunta que se hacen tantos hogares? ¿Dónde están los desaparecidos? Simplemente eso bastaría. Una información a tantos hogares que están sufriendo para que se sepa si están ya muertos, ¿en qué situaciones están?, ¿dónde están?

Esta es la Encarnación de Cristo en nuestro pueblo, en nuestra historia. Por eso, hermanos, es doloroso presentar así a la pobre patria, pero es que la culpa de un mal retrato no es la fotografía, sino el objeto que se trata.
 

MANIFESTACIONES DE SOLIDARIDAD

Tenemos también que lamentar en esta semana, unidos al pueblo de Nicaragua, el asesinato del periodista Dr. Pedro Joaquín Chamorro. Ya en nuestra entrevista del miércoles manifestamos nuestra solidaridad en el dolor con la víctima y sus familiares, y con la verdad que él proclamó. Así como también el rechazo a cualquier clase de crimen.

Han llegado a nuestra oficina muchas cartas de Amnistía Internacional preguntando por la situación de muchos prisioneros, pero entre ellos me conmueve mucho la pregunta en el caso de la Srta. Lil Milagro Ramírez. Y cartas familiares como también la de los familiares de Víctor Manuel Rivas y Julio Antonio Ayala. Y en esta carta se lee esta frase que a mí me llena de emoción: "Es que la voz de la Iglesia es para nosotros la voz de la justicia, la voz de los que no somos escuchados". Gracias por comprenderlo así. Hermanos, la Iglesia no quiere ser otra voz que se confunde en el barullo de la distorsión, de la confusión, del amañamiento de la noticia. Quiere ser la voz de los que no tienen voz.
 

SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS

Por otra parte, hermanos, en nombre del deseo de Cristo: "Que todos sean una sola cosa", anuncio con alegría la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Protestantes y Católicos hemos preparado un programa que se publica allí en "Orientación" y que aquí va a ser leído dentro de un rato para celebrar, del 18 al 25 de enero, la tradicional Semana de Oración. Yo les suplico a ustedes católicos y a ustedes también queridos hermanos protestantes -yo sé que me escuchan y ¡cuánto les agradezco cuando me han dicho que me escuchan con devoción! Gracias- a que con toda devoción si de verdad amamos a Cristo y al Evangelio, pidamos para borrar del mundo ese escándalo de la división de los cristianos. Porque la división de los Cristianos es estorbo para que Cristo sea conocido; y, en cambio, la unidad de los cristianos será el gran motivo de credibilidad de esta Iglesia de Cristo. No la estorbemos, hermanos protestantes y hermanos católicos. Unámonos en una sola fe como quería Cristo: Un solo rebaño bajo el cayado divino del único Pastor.
 

JORNADA DE LA PAZ

No he tenido la oportunidad de agradecer y felicitar a cuantos hicieron posible la Jornada de la Paz. Dejó ecos tan profundos, tan nobles, que ya por sí solas esas huellas valen por toda felicitación, por todo agradecimiento. Pero sí quiero recordarles, como ecos de esas celebraciones inolvidables, que no dejen de leer y reflexionar el mensaje Pastoral de Año Nuevo que con ese motivo publicamos algunos Obispos. También el mensaje que los miembros de la Comisión Nacional de Justicia y Paz publicaron para comentar el mensaje de Pablo VI: SÍ A LA PAZ, NO A LA VIOLENCIA.

Y también, hermanos, no tuve oportunidad de leerles un telegrama que llegó en esos días del Sr. Obispo de Tegucigalpa, a quien hubiéramos querido tener. Lo invitamos, pero dice: "Lamento no complacerle amable invitación. Augúroles exitosos triunfos jornadas Paz".

Y un gesto muy fraternal: los padres del Seminario fueron a Tegucigalpa a hacer allá un cursillo de preparación para el Seminario. Cuando le obsequiaban a Monseñor Santos, el Arzobispo de Tegucigalpa, un cake, dijo: "Me le llevan, por favor, la mitad al Sr. Arzobispo de San Salvador como un signo de unidad". Otra vez lo que les decía del Señor de Esquipulas. La Iglesia vive la unidad en Centroamérica, es la política la que parte esta unidad. ¡Ojalá un día viviéramos esta fe que Cristo nos predicó: "Que sean todos una sola cosa".
 

RECORDATORIO A LOS COLEGIOS CATÓLICOS

Ha llegado la hora de abrirse ya los colegios, las escuelas. Y yo quiero recordar a los Colegios Católicos que tienen que meditar muy profundamente el reciente documento de la Sagrada Congregación para la Educación. Ustedes saben que la Iglesia vigila el ministerio de los Colegios Católicos a través de una Congregación, diríamos: de un Ministerio. El Papa ejerce su función de maestro también a través de los Colegios. Y yo quisiera recordar estas frases de ese Documento: "Que el Colegio Católico es un medio de servicio de la misión salvífica de la Iglesia, un medio para la formación integral del hombre en cuanto que es un centro donde se elabora y se transmite una concepción específica del mundo, del hombre y de la historia. Si un colegio católico quiere hacer honor a ese calificativo, tiene que estar al servicio de esa formación del juicio del hombre en la hora actual tal como la Iglesia lo promueve: Su identidad, sobre todo hoy cuando el cristianismo debe ser encarnado en formas nuevas de vida por las transformaciones que tienen lugar en la Iglesia y en la sociedad, particularmente a causa del pluralismo y de la tendencia creciente a marginar el mensaje cristiano".

Son palabras del Papa -diríamos- exigiendo a los Colegios Católicos no vivir unas tradiciones que lo aparten del Magisterio, no vivir unas acomodaciones para quedar bien con ciertas familias sino ser mensajeros de la verdad de la Iglesia para nuestro tiempo cambiante.

"Una verdadera misión -dice el Documento- por colaborar más inmediatamente con el apostolado jerárquico, ya sea por medio de la enseñanza de la religión, ya sea por la educación religiosa más general que trata de promover ayudando a los alumnos a lograr -este es el objetivo de un colegio católico- una síntesis personal entre la fe y la cultura, y entre la fe y la vida." Que no suframos ya esa vergüenza de que salen del colegio católico aquellos que aprendieron la fe pero en la vida no la traducen en obras y viven las injusticias, los pecados, los desórdenes de una sociedad corrupta. Si el colegio católico quiere ser un misionero de la Iglesia, tiene que recordar que toda misión debe estar en conexión, en comunión con el Magisterio de la Iglesia. "Y por eso, el colegio en cuánto a Institución Apostólica -dice el Documento- recibe un mandato de la jerarquía y tiene que estar en comunión con la jerarquía". No se puede concebir un colegio católico que quiera seguir una línea distinta del Magisterio de la iglesia. Tengámoslo muy en cuenta para saber calificar un colegio si es verdaderamente católico o no.
 

VIDA RELIGIOSA

Finalmente, hermanos, quiero alegrarme con la vida religiosa tan exuberante en nuestra Iglesia particular. En estos días hemos instalado a las Bethlemitas en una misión en El Paraíso. A las Religiosas de la Asunción en Chalatenango, desde donde atenderán Potonico. Las Guadalupanas irán muy pronto a Arcatao. Allá se está preparando un curso de adaptación, de capacitación para esta misión nueva que la Iglesia confía a las Religiosas.

Tuvimos también el gusto de saludar a Superioras Generales de las Congregaciones que han visitado El Salvador en estos días. La Superiora General de las Dominicas de la Anunziata que trabajan en Santa Tecla, Suchitoto, Quezáltepeque. A la Superiora General de las Oblatas al Sagrado Corazón que trabajan en el Colegio Sagrado Corazón, en Aguilares, en Lourdes, en Dulce Nombre de María. A la Superiora General de las Oblatas al Divino Amor que dirigen el Colegio La Sagrada Familia, la Escuela Católica María Dimagio y trabajan pastoralmente en Citalá.

Como ven, hermanos, hay tantas cosas en las cuales el mensaje evangélico se encarna que da gusto pensar en una Iglesia activa de verdad que prolonga el misterio de Cristo en El Salvador. De allí que la homilía es muy fácil deducirla. De las 3 lecturas que acaban de escuchar 3 preciosos pensamientos para vivirlos íntimamente como cristianos, ir aprendiendo a lo largo del año litúrgico el misterio de Cristo.

1º) DIOS QUIERE SALVAR A TODOS LOS HOMBRES.

2º) San Pablo en su Epístola dice que DIOS QUIERE SALVAR HACIENDO UN PUEBLO YA EN ESTA TIERRA.

3º) DIOS SALVA EN EL PUEBLO, QUITANDO LOS PECADOS DEL MUNDO. El evangelio de Cristo bautizado y presentado como el Cordero que quita los pecados del mundo.
 

1o) DIOS QUIERE SALVAR A TODOS LOS HOMBRES.

EL SIERVO DE YAHVE, LUZ SALVÍFICA DE LAS NACIONES

En el primer pensamiento donde el profeta Isaías nos habla en esos pintorescos capítulos del siervo de Yahvé. ¿Quién es ese siervo de Dios? Queda en un misterio: puede ser un personaje misterioso, puede ser el mismo pueblo de Israel, pero en todo caso es una profecía que señala a Jesucristo, el verdadero Siervo de Dios. Este Siervo de Dios recibe un encargo: Reunir las escasas fuerzas que han quedado al pueblo disperso en el destierro. Pero le dice Dios: Es poco que seas mi siervo para restablecer las tribus de Jacob, te hago luz de las naciones para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.

Cómo nos llena de esperanza, hermanos, nosotros hombres de 1978 aquí en El Salvador estamos abarcados por esa mirada universalista de Dios en Cristo. Te hago salvación de todos los confines de la tierra. He aquí el día del Señor de Esquipulas, Cristo Crucificado presente en Centroamérica, en nuestra Diócesis, es el Siervo de Dios, es Cristo en quien creemos que nos ha reunido en esta misa, en todas las comunidades donde están reunidas meditando esta palabra. "Cristo se hace presente -dice el Concilio- en la palabra del sacerdote que predica, en el misterio del altar que se celebra, en la comunión que recibimos, en los sacramentos que purifican. Es el Siervo de Dios salvando todos los confines de la tierra".
 

NADIE ESTA EXCLUIDO DE LA SALVACIÓN

Nos debe llenar de entusiasmo saber que nadie, yo, pues, no estoy excluido de la salvación. Que Dios llama a todos, y por eso este grito de la justicia de la Iglesia cuando rechaza la violencia, el escándalo de los fariseos, la mentira, el crimen, la persecución. No es con sentido de venganza, nunca. Es con sentido de amor llamando a los pecadores que se conviertan, que los está queriendo salvar Dios. Que los que mataron, que los que calumniaron, que los que persiguieron, son invitados por Dios, son el hijo pródigo que el padre está esperando para salvarnos.

A mí me da mucho gusto, hermanos -perdonen Uds. que son fieles que me escuchan con amor, con devoción-, que les diga que me da más gusto que me escuchen los enemigos. Me están escuchando porque sé que les llevo una palabra de amor. No los odio, no deseo venganza, no les deseo males. Les pido que se conviertan, que vengan a ser felices con esta felicidad que ustedes los hijos de la parábola que siempre estuvieron con el Padre, gozaron las alegrías de su fe, sintieron como me dijo un amigo ayer con tanto cariño: "Sepa que todo lo bueno está con usted". Hermanos, yo no sé distinguir entre bueno y malo. Todos son hijos de Dios, a todos los quiere el Señor. Un llamamiento universal de salvación está aquí en las lecturas de hoy.
 

2º) DIOS QUIERE SALVAR HACIENDO UN PUEBLO YA EN ESTA TIERRA.

a) EL SENTIDO DE PUEBLO

Pero mi segundo pensamiento: quiere Dios salvarnos en pueblo. No quiere una salvación aislada.

De ahí que esta Iglesia de hoy, más que nunca, está acentuando el sentido de PUEBLO. Y por eso la Iglesia sufre conflictos porque la Iglesia no quiere MASA, quiere PUEBLO. Masa es el montón de hombres; cuanto más adormecidos, mejor; cuanto más conformistas, mejor. Y la Iglesia rechaza la calumnia del comunismo de ser opio del pueblo. Ella no quiere ser opio del pueblo. Otros son opios que adormecen y quieren masas adormecidas.
 

COMUNIDAD DE HOMBRES DONDE TODOS CONSPIRAN AL BIEN COMÚN.

La Iglesia quiere despertar a los hombres en el verdadero sentido de pueblo. ¿Qué es pueblo? Pueblo es una comunidad de hombres donde todos conspiran al bien común. Y el bien común, ¿qué es? El Concilio dice: "Es una serie de condiciones donde los grupos humanos, las familias, los individuos, viven un ambiente para perfeccionarse, para hacerse cada vez más hombres".
 

EL HOMBRE, SU RAZÓN DE SER

La razón de ser de una sociedad, de una comunidad política no es la seguridad del Estado, es el hombre. Desde que Cristo dijo: "No es el hombre para el sábado, sino el sábado para el hombre", está poniendo al hombre como objetivo de todas las leyes, el objetivo de todas las instituciones. No es el hombre para el Estado, sino el Estado para el hombre. Y el hombre, tal como lo concibe el desarrollo de la humanidad.
 

EL PASO DE CONDICIONES MENOS HUMANAS A MÁS HUMANAS

Quiero leerles esta incomparable página del Papa Pablo VI en su Encíclica Populorum Progressio que la acaba de citar -el Papa- precisamente para los salvadoreños en el discurso al Señor Embajador. En la Populorum Progresio, en el No. 20 ustedes pueden leer esto: "Así podrá realizar en toda su plenitud el verdadero desarrollo, que es el paso para cada uno y para todos de condiciones de vida menos humanas, a condiciones más humanas". ¿Ven? No es un amontonamiento de gente, es el paso de cada hombre y de todos los hombres hacia condiciones más humanas y el Papa lo describe aquí.
 

DE CONDICIONES DE VIDA MENOS HUMANAS

Tengámoslo muy en cuenta porque esto es el pueblo:

Cuando no se vayan realizando en cada salvadoreño estas cosas menos humanas: las carencias materiales de los que están privados del mínimum vital y las carencias morales de los que están mutilados por egoísmo. Menos humanas las estructuras opresoras que provienen del abuso del tener o del abuso del poder, de la explotación de los trabajadores o de la injusticia de las transacciones.

Estas son condiciones menos humanas. ¿No les parece aquí ver reflejadas ciertas cosas en El Salvador?.
 

A CONDICIONES DE VIDA MÁS HUMANA

Pasar a condiciones más humanas. Y el Papa lo describe: "Más humanas el remontarse de la miseria a la posesión de lo necesario, la victoria sobre las calamidades sociales, la ampliación de los conocimientos, la adquisición de la cultura. Más humanas también el aumento en la consideración de la dignidad de los demás, la orientación hacia el espíritu de pobreza". Es admirable que el espíritu de pobreza está puesto aquí por la Iglesia entre las condiciones más humanas. El ser pobre, vivir espíritu de pobreza no es infradesarrollo, es desarrollo humano. Cuando más vive un hombre el espíritu de pobreza, es más humano; y cuanto más sea víctima de la avaricia, es menos desarrollado moralmente.

"Más humana -dice el Papa- la cooperación en el bien común, la voluntad de paz. Más humanas todavía el reconocimiento por parte del hombre de los valores supremos y de Dios, que de ellos es la fuente y el fin. Más humanas, por fin, y especialmente la fe, don de Dios, acogida por la buena voluntad de los hombres. Y la unidad en la caridad en Cristo que nos llama a todos a participar como hijos en la vida del Dios vivo, Padre de todos los hombres". ¡Qué bella expresión de un pueblo!.

El día en que todos los salvadoreños salgamos de ese amontonamiento de condiciones menos humanas a situaciones personales y nacionales de condiciones más humanas, no solamente de desarrollo que se queda aquí en lo económico sino que nos eleve hasta la fe, la adoración de un solo Dios, será el verdadero desarrollo de nuestro pueblo.
 

b) TENEMOS QUE HACER PUEBLO DESDE LA IGLESIA DE DIOS EN UNA SOCIEDAD PLURALISTA.

Y aquí es donde San Pablo nos habla de una Iglesia de Dios en Corinto. Y podríamos trasladar de una Iglesia de Dios en San Salvador, de una Iglesia de Dios en cada pueblo; donde sacerdotes y obispo en comunión trabajan una promoción de los hombres que no es subversión, que no es comunismo, que no es afán de acaparar el poder. Respetamos el poder temporal, pero sí queremos crear en la conciencia del pueblo un sentido de pueblo, no de masa; una promoción de individuos, un bienestar que no sea atropello de nadie sino que sea el amor y la fe entre los hombres, hilos de un Padre de todos los hombres.

Porque la Iglesia predica esta promoción se le ha calumniado; donde la Iglesia no predica esta promoción no tiene problemas. Por eso les digo a todos los agentes de pastoral -sacerdotes, religiosos, colegios católicos, movimientos pastorales-: tenemos que seguir esta línea de San Pablo que dice: Hacer la Iglesia de Dios, la comunidad que Cristo trajo. Inspirar en su amor para ser fermento de una sociedad pluralista. No es que la Iglesia quiera que todos se hagan católicos, sino que los católicos sean verdaderamente misioneros de este mensaje de promoción y sepan ser fermento de unidad, de promoción, de luz, de crítica también. Conciencias críticas que sepan, desde los diversos modos de pensar el pluralismo, la diversidad que Dios ha querido. No cortarlos a todos con un solo criterio, sino hacer de los hombres el pluralismo que engrandece -en la belleza del pluralismo- la unidad de la patria, la belleza de nuestras propias cosas salvadoreñas.
 

3º DIOS SALVA EN EL PUEBLO, QUITANDO LOS PECADOS DEL MUNDO

Y por eso finalmente, hermanos, mi tercer pensamiento.

Cristo presentado en el Jordán, el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo.

"Existía antes que yo", dice Juan. Yo le voy anunciando porque la salvación de los hombres consiste en recibir este bautismo del Espíritu que Él trae. Vida de Dios que quiere injertar en el corazón de los hombres renovación interior del hombre. Quitarle los pecados al hombre, a la familia, a la sociedad.

Esta es su misión encargada a la Iglesia. Misión difícil: arrancar de la historia los pecados, arrancar de la política los pecados, arrancar los pecados de la economía, arrancar los pecados allí donde estén. ¡Qué dura tarea! Tiene que encontrar conflictos en medio de tantos egoísmos, de tantos orgullos, de tantas vanidades, de tantos que han entronizado el reino del pecado entre nosotros.

Tiene que sufrir la Iglesia por decir la verdad, por denunciar el pecado, por arrancar el pecado. A nadie le gusta que le toquen una llaga y por eso salta una sociedad que tiene tantas llagas cuando hay quien le toque con valor; tienes que curar, tienes que arrancar eso.

Cristo, cree en Él, conviértete. Porque sólo Él puede quitar los pecados de la sociedad salvadoreña y hacer la verdadera comunidad Pueblo que sea verdaderamente orgullo de Dios. Porque Dios ha creado los diversos pueblos como una familia. ¡Qué hermoso es pensar a Dios Papá de los pueblos! De unos pueblos que viven según su pensamiento y se aman con el pluralismo también de las naciones. ¡Qué diversidad de idiosincrasias! Piensen nada más en los países de Centroamérica. Cada uno tiene su fisonomía: cinco hijos de Dios.

¡Qué hermoso sería que estos cinco países -arrancando los pecados de su historia, de su política, de su sociedad, de sus relaciones- nos presentáramos en el día del Señor de Esquipulas hermanos de Cristo, pueblos de Dios, promovidos de condiciones inhumanas a condiciones de Hijos de Dios, imágenes de su presencia en este pequeño mapa de Centro América.

Queridos hermanos, ¿ven como la encarnación de Cristo que nace en Belén y se manifiesta en Epifanía tiene que ser luz concreta que ilumina nuestra realidad de El Salvador? Como salvadoreños y como Iglesia vamos a desear estas cosas, diciendo nuestro Credo.

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