En los días de nuestra actualidad, se encontraron varias comunidades hermanas y compañeras de esperanza y de camino. Mirando un poco hacia atrás, las comunidades recordaban como llegaron a sentirse completamente desanimadas, tristes y desesperanzadas, porque aquel Hermano Mayor que vino a hablarles de justicia, igualdad, liberación y de saldar para siempre la deuda original, había sido crucificado por el mismo sistema opresor que dicta leyes empobrecedoras a los pueblos.

En el transcurso del camino hubo un momento en que las comunidades hermanas ya no sentían el fuego de vida que las quemaba y las llevaba a hablar y trabajar por algo que llamaban Reino de Dios, y que para los poderosos capitalistas ese Reino siempre ha representado el fin de su monarquía y de su sistema neoliberal que cada día hace que los millonarios aumenten sus cuentas bancarias y los pobres aumenten sus luchas y su esperanza por una Patria Grande, Un Patria de igualdad y de hermanos.

Algunas comunidades encontradas, en medio de la reflexión y de su dilema pensaban que la deuda externa se había convertido en pleno siglo XXI en la enfermedad del sida para los pueblos latinoamericanos, pues, por más que estudiaran, hicieran proyectos y buscaran las maneras de acabar con ella, no encontraban la cura definitiva para desterrar esta enfermedad que carcome desde la raíz la economía de Latinoamérica. Sin embargo, la solidaridad y la esperanza son motivos para no darse por vencidas y mantener viva el gran ideal de construir un mundo mejor - se decían unas a otras -

La violación de Los Derechos Humanos y la impunidad de muchos caudillos parecen estar de moda. El BM, el FMI y el BID siguen siendo las siglas diabólicas para los pueblos de América Latina. Estas siglas representan los números de la bestia: 666. BM= Buena Muerte, FMI= Fomentamos Miserias Internacionalmente, BID= Buenas Ideas para la Desigualdad.

El desempleo, la corrupción y la muerte eminente de la salud y de la educación parecen ser nuestro destino. El Hermano Mayor ha muerto y lo mejor es volver a nuestros quehaceres antes de ser llamadas por Él, que en un tiempo atrás nos dijo: Síganme, pero ya nada tiene sentido sin su presencia - Estas eran las reflexiones que hacían las comunidades hermanas en medio de la fe que algunas veces sienten tambalear, pero no morir -

Todo ha llegado a su fin - dijo una de las comunidades - cuando de repente el Hermano Mayor apareció en medio de ellas mientras comían y compartían el pan y la arepa de cada día y también los sueños y la esperanza y al mismo tiempo recordaban lo que habían vivido junto a Él. Ese Hermano Mayor, a quien todas las comunidades conocían como Jesús, comenzó a animarles nuevamente y sin importar su falta de fe y su dureza para creer en Él y en sus promesas que siempre las cumple, les dijo: Vayan por todo el mundo y anuncien La Buena Nueva a toda la creación. Así como actualmente los males de la deuda externa, la censura a la libertad de expresión, el desempleo, la corrupción, el sistema neoliberal, la injusticia, la impunidad de algunos gobernantes latinoamericanos que se han burlado de los pueblos que debieron servir sinceramente y piensan quedar libre de los crímenes y torturas contra su gente, el abuso de poder, la pobreza extrema que sufren los pueblos de América Latina, la desigualdad y la poca prioridad que tiene la educación y la salud parecen ser el destino de los soñadores y soñadoras de una Patria Grande, yo les digo, que no es así. Vayan y proclamen el Reino de Dios, Reino de justicia e igualdad, Reino de perdón (ofensas y deuda externa) y reconciliación, Reino de fe y esperanza, Reino de amor sincero y solidaridad, Reino de paz y vida en abundancia. Digan que el Reino de Dios ya está entre los pueblos y lo comprobarán cuando vean las señales que le acompañarán: En mi nombre echarán demonios como el BM, el FMI, el sistema neoliberal, la deuda externa y la corrupción. Construirán comunidades donde se hará presente el bien común, la esperanza, la igualdad, el trato de hermanos, la dignidad y la conciencia de sentirse pueblo de Dios. Nada las dispersará, ni siquiera los opresores de la actualidad, ni las leyes empobrecedoras para con los pueblos, ustedes serán comunidades que en mi nombre sanarán a los enfermos por la deuda externa, desterrarán la pobreza por parte de los imperialistas y dictadores, harán realidad la justicia y la igualdad, ya que el rico no será cada vez más rico y el pobre cada vez más pobre. Serán comunidades hermanas, solidarias y con sabor a pueblo del Dios de la vida.

Las comunidades, después de escuchar al Hermano Mayor, salieron entusiasmadas a predicar a todos los pueblos, barrios, campos, caseríos y países. El Hermano Mayor estaba con ellas y confirmaba el mensaje de vida y esperanza con los milagros que todavía las acompañan: Mantienen viva la fe de los pueblos latinoamericanos, levantan a las comunidades que han caído, animan a las mujeres y hombres que se sienten impotentes frente a la corrupción de los políticos que apoyan el sistema neoliberal, fortalecen a los grupos y movimientos que promocionan los Derechos Humanos, lloran con las madres que lloran la tortura y la muerte de sus hijos por los caudillos de la dictadura, ríen, caminan, se cansan, corren, caen, se levantan y avanzan con las comunidades que poco a poco en la actualidad despiertan y toman conciencia de que el camino a seguir es el que conduce a la solidaridad, al bien común, a la fe, a la esperanza, a la hermandad, a la igualdad, a la lucha por la justicia y a la verdad.

El Hermano Mayor les dijo a las comunidades: En pleno siglo XXI, este camino debe hacer que los pueblos latinoamericanos estén conscientes de que si el corazón no queda en las rodillas, no tienen porque arrodillarse ante los dioses dólar, sistema neoliberal y deuda externa, sino ante el Dios de la vida, pero recuerden, nunca ante el sistema que explota, despoja y empobrece a los pueblos y los condena a una muerte lenta. A partir de las palabras del Hermano Mayor, las comunidades solidarias con los más necesitados, los excluidos por el sistema neoliberal comprendieron todas sus palabras, enseñanzas y promesas y siguen experimentando en la actualidad que el Hermano Mayor está con ellas y no las abandonará jamás...