Servicios Koinonía    Koinonia    Vd esta aquí: Koinonía> Boff > 058
 

 

¿Hay todavía esperanza?

2004-04-02


  Norberto Bobbio, aunque melancólico por temperamento, tenía fe en las posibilidades de las dos grandes revoluciones de Occidente: la de los derechos humanos y la de la democracia. Ambas servían de base para su propuesta de un pacifismo jurídico y político, capaz de equilibrar el problema de la violencia, como lógica del antagonismo entre los Estados. Pero los acontecimientos del terrorismo globalizado han echado por tierra las convicciones del maestro. En una de sus últimas entrevistas declaró: «No sabría decir cómo será el tercer milenio. Mis certezas caen y solamente un enorme interrogante se agita en mi cabeza: ¿será el milenio de la guerra de exterminio, o el de la concordia entre los seres humanos? No soy capaz de responder a esta inquietud.

Al final de su vida, el gran historiador Arnold Toynbee (+ 1975), después de escribir doce tomos sobre las grandes civilizaciones históricas, dejó consignada esta opinión sombría en su ensayo autobiográfico Experiencias de 1969: «He vivido para ver cómo el final de la historia se transformaba en una posibilidad intrahistórica capaz de convertirse en realidad, por un acto no de Dios, sino del ser humano...».

Y para agravar mi inquietud, cito al nada sospechoso Samuel P. Huntington, antiguo asesor del Pentágono, analista perspicaz del proceso de globalización. Al final de su El choque de civilizaciones, dice: «La ley y el orden son el primer pre-requisito de la civilización; en buena parte del mundo parece que ellas se están evaporando; desde una perspectiva mundial, en muchos aspectos, la civilización parece estar cediendo ante la barbarie, generando la imagen de un fenómeno sin precedentes, una ‘Edad de las tinieblas’ mundial que se está abatiendo sobre la Humanidad». Y podríamos citar otros nombres...

Estas visiones, de un realismo severo, se agravan con el terrorismo generalizado, el de los terroristas de Al-Qaeda, el de Sharon en Israel y el de Bush en los EEUU, que nos sugieren escenarios dramáticos para un futuro próximo. Tal vez no hayamos asistido todavía a lo peor que nos puede acontecer...

Esta situación suscita una indagación filosófica: ¿hay condiciones suficientes para continuar teniendo esperanza en el ser humano? ¿Puede éste ir a mejor bajo el punto de vista de las relaciones sociales, de la moralidad y de la humanidad? ¿O estamos condenados a vivir nuestra tragedia histórica hasta el final, hasta nuestra autodestrucción?

Probablemente no hay respuesta cabal para interrogantes de esta radicalidad. Sin embargo, veo dos puntos que dejan abierto el camino: siempre es posible mejorar, aunque la Humanidad solamente mejorará si gran parte de sus miembros mejoran de hecho. Si eso no ocurre, estaremos perdidos. Aumentaremos nuestra capacidad destructiva hasta que la tragedia sea inevitable. Para que eso no ocurra, importa asumir decididamente un segundo punto: una filosofía de la esperanza. Ésta tiene una base objetiva: el carácter virtual de la realidad. El dato objetivo no es todo lo real. A lo real pertenece también lo potencial, lo utópico, aquello que todavía no es y puede ser. El dato actual nos dice que somos lobos unos para otros. Pero ese dato no lo es todo, ni estamos condenados a perpetuarlo inevitablemente. Dentro de nosotros está también lo potencial, la capacidad de ser hermanos y hermanas. Ese potencial pertenece también a nuestra realidad. Y si está potencialmente ahí, puede ser activado, puede ser hecho proyecto personal y político, y puede inspirar prácticas que darán un sentido mejor a la historia. La esperanza nos salva de la desesperación. Siempre merece la pena tener esperanza.

 

Leonardo Boff




  Portal Koinonia | Bíblico | Páginas Neobíblicas | El Evangelio de cada día | Calendario litúrgico | Pag. de Cerezo
RELaT | LOGOS | Biblioteca | Información | Martirologio Latinoamericano | Página de Mons. Romero | Posters | Galería
Página de Casaldáliga | La columna de Boff | Agenda Latinoamericana | Cuentos cortos latinoamericanos